En los últimos cinco años ha habido avances muy significativos en la comprensión de las consecuencias fisiológicas de la pérdida auditiva. La mayoría de las personas asocian automáticamente este hecho a sus oídos, sin darse cuenta de que su cerebro es en realidad la herramienta principal para la audición y el responsable de procesar el sonido y convertirlo en información útil.
La investigación sobre la forma en que el cerebro se ve afectado por la pérdida auditiva es cada vez mayor. Por ejemplo, los investigadores de todo el mundo están demostrando que la merma de los niveles de audición está asociada con un mayor riesgo de depresión y afecciones cognitivas graves, incluida la demencia. También hay una mayor evidencia que muestra que no tratar esta problemática de forma precoz conducirá a cambios en el cerebro.
Con cualquier tipo de pérdida auditiva, al cerebro se le niega la imagen del sonido completa y tiene que hacer un esfuerzo considerable para compensarlo, aprovechando recursos que deberían usarse para otras funciones, como por ejemplo la creación de recuerdos.
La buena noticia es que una nueva investigación también demuestra que usar audífonos para tratar la pérdida auditiva, puede retrasar la aparición de enfermedades graves y trastornos como la demencia, la depresión o la ansiedad, entre otras. Un estudio reciente acerca de los datos de los seguros de salud reveló que con el uso de audífonos al menos 3 años, las personas mayores con pérdida auditiva redujeron su riesgo de Alzheimer en un 17% y la depresión en un 14%.
Tal y como advierte el audiólogo Thomas Behrens, “la mayoría de las personas que viven con pérdida auditiva desconocen por completo que el cerebro se somete a un entrenamiento cognitivo adicional cuando manejan el sonido con este tipo de problema. Los resultados pueden ser peligrosos para su salud, especialmente porque las consecuencias del esfuerzo adicional requerido por el cerebro, como la fatiga, el mal sueño y el aislamiento social, pueden acelerar el proceso natural de envejecimiento del cerebro”,