El ruido es posible medirlo a través de un instrumento llamado decibelímetro o sonómetro. El decibel (dB) es la unidad de medida utilizada para conocer el nivel de presión sonora. El umbral de audición se encuentra en el 0 dB y el umbral de dolor en los 120 dB. El oído humano no responde igual a todas las frecuencias de un ruido, percibimos mejor ciertos sonidos que otros, dependiendo de su frecuencia.
Existen diversos tipos de contaminación, entre ellos la Contaminación Acústica, la cual es una de las mayores preocupaciones en las áreas urbanas. De hecho, ha crecido desproporcionadamente en las últimas décadas y se calcula que al menos 9 millones de personas soportan niveles medios de 65 decibelios, el límite aceptado por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El ruido puede ser emitido desde un foco puntual (televisor), un foco espacial (un bar) o un foco lineal (un coche en circulación). El ruido va disminuyendo conforme la distancia con respecto al foco se va incrementando. Las principales fuentes de contaminación acústica son:
– Tráfico rodado, en especial las motocicletas y sobre todo aquellas con escapes libres. Se ha calculado que una sola de estas motocicletas, en una noche cualquiera, en una ciudad de tipo medio, en un solo recorrido por una avenida puede despertar a miles de personas.
– Actividades de ocio, bares, discotecas, pubs, etc. Aunque generalmente los locales suelen respetar las ordenanzas municipales, el solo traslado de personas que entran o salen o que se quedan en la calle, gritos, voces, etc. hacen que el descanso y el sueño sean difícil de conciliar.
– Obras y construcción, el ruido causado por un martillo neumático o periodos prolongados de obras (levantamiento de calles, construcción de viviendas, etc.) puede adquirir fácilmente una dimensión compleja de soportar.
– Voces, parques infantiles, acontecimientos culturales o deportivos, verbenas, etc, el ruido que supone en ocasiones puede dar lugar a situaciones puntuales muy estresantes.
– Aviones, ferrocarriles la proximidad de los aeropuertos o estaciones de tren a zonas densamente pobladas, hacen que numerosos aviones sobrevuelen las ciudades o trenes pasen por ellas, de manera que han contribuido a que la contaminación acústica haya aumentado de forma espectacular en su radio de acción.
– Industrias, aunque las grandes fábricas por lo general han abandonado la ciudad, son numerosos los talleres y pequeñas industrias las integradas en el tejido urbano con el consiguiente aumento del nivel sonoro.
– Animales, son muy numerosos los animales que viven en las ciudades y algunos de ellos especialmente ruidosos, como los perros con sus ladridos nocturnos, los gatos con sus maullidos, etc.
Fuentes:
https://www.somosamigosdelatierra.org/06_contaminacion/ruido/elruido1.html
https://www.ecologistasenaccion.org/5350/la-contaminacion-acustica/