Notar sonidos en el oído que no proceden de ninguna fuente exterior se denomina tinnitus o acúfeno. Los sonidos se originan en el cerebro: en el área que procesa los estímulos existe una hiperactividad anormal y continuada que da lugar a percibir un sonido que no existe como respuesta. No estás loco, pero probablemente estés maltratándote de algún modo, y se debe tomar en serio.
Muchas personas perciben sonidos que no tienen un origen concreto en algún momento de su vida, puede parecer como si estuviera en un oído, en ambos, o directamente del centro de la cabeza.
Los sonidos pueden ser de todo tipo: pitidos, ruido de máquinas, de agua que cae, de grillos, zumbidos, siseos, etc. Varían muchísimo de una persona a otra y en principio el tipo de pitido no aporta información sobre la naturaleza o causa, pero se pueden encontrar por la web simulacionesque representan de forma fiel lo que se oye para hacerse una idea del amplio abanico de posibilidades que hay y lo incómodos que pueden llegar a ser.
Qué los hace aparecer:
En general el acúfeno ocurre tras un cambio negativo en el sistema: se envía una gran cantidad de información sobre el cambio al cerebro así que este responde tratando de obtener más información. El residuo de ese trabajo es el tinnitus. Por tanto, en realidad, el sonido proviene de una sobredosis de actividad cerebral y a veces ni siquiera es culpa del oído, pero siempre es un mal síntoma.
En general, los pitidos aparecen o empeoran al someterse a niveles sonoros más fuertes de 85dB (obreros metalúgicos, músicos, militares en acción…), en casos de estrés alto, por tomar fármacos ototóxicos (con efectos secundarios negativos para el sistema nervioso), como respuesta “relleno” a la pérdida de audición, por neurinomas del nervio, contracturas musculares de la columna, mandíbula o del cuello, incluso hay gente que lo puede sentir en medio de sus resfriados.
Es un problema común pero no banal
Casi todo el mundo los ha sentido alguna vez, hasta existe el dicho popular: “Hablan mal de mí porque me pita el oído izquierdo”; pero si ocurre por cortos periodos las personas no tienen tiempo ni razón para buscar ayuda y, por tanto, no quedan registrados con tanta fidelidad. Aproximadamente hay un 30% de pitidos esporádicos y un 10% de invalidantes o permanentes según las fuentes consultadas por Gizmodo en Español, aunque varía por países:
El tinnitus no es una enfermedad
Se podría decir que hay dos tipos de acúfenos: los que se van y los que no. Los esporádicos suelen remitir por sí solos. Los que persisten pueden desaparecer en algunos casos, realmente pocos, si se encuentra tratamiento para la causa raíz, pero mayoritariamente no tienen cura generalizada.
Esto es porque el tinnitus no es una enfermedad, importante, tan solo es un síntoma. Los esporádicos suelen tener una razón obvia e inmediata, y desaparecen cuando esa razón se va porque la causa de la hiperactividad cerebral desaparece. Este pitido, espontáneo y esporádico, es algo así como una queja del cerebro: si dejamos de maltratarlo, dejará de quejarse.
Para los que persisten, insistimos, actualmente no existe ningún tratamiento realmente efectivo. Es frecuente que aparezcan a la par con la sordera, por ejemplo, el cerebro “rellena” los huecos de lo que no escucha, y como la sordera no tiene cura todavía, no hay forma de hacerlos desaparecer. También puede presentarse en el vértigo crónico o tras haberse sometido a un trauma fuerte, como una explosión. En esos casos la hiperactividad se mantiene y, en consecuencia, el tinnitus se mantiene también.
En estos casos las personas lo escuchan todo el tiempo (hasta mientras duermen) y puede dificultar la audición (escuchan el pitido que “imaginan” más fuerte que el sonido “real”) o producir insomnio, ansiedad y depresión.
Fuente: Artículo recuperado el 27 Junio de 2018 por www.es.gizmodo.com para Soluciones Auditivas