Pérdida auditiva en niños: causas, sospecha y acción
Causas:
Las causas de la pérdida auditiva en los niños pueden ser:
- Infecciones como las paperas, el sarampión y la meningitis.
- Medicamentos: p. ej., ciertos medicamentos antipalúdicos como la quinina, ciertos antibióticos como la gentamicina, y ciertos medicamentos contra el cáncer
- Infecciones de oído habituales, con secreción recurrente o persistente del oído.
- Otitis media adhesiva («oído pegajoso»): líquido que permanece en el oído medio después de un resfriado o una infección de oído.
- Lesiones en la cabeza o en el oído: pueden causar una pérdida de audición, dependiendo de la ubicación y la gravedad de la lesión
- Cerumen o cuerpo extraño (p. ej., cuentas, insectos) en el canal auditivo: el cerumen puede acumularse en exceso y causar pérdida auditiva. Un cuerpo extraño atrapado en el canal auditivo puede provocar una infección.
- Sonidos fuertes: por ejemplo, escuchar música de alto volumen a través de auriculares o audífonos o en lugares como discotecas, o exposición a explosiones fuertes o fuegos artificiales.
¿Cuándo sospechar que un niño tiene pérdida auditiva?
- El niño no habla ni demuestra un desarrollo del habla y el lenguaje al nivel esperado para un niño de su edad.
- El niño a menudo le pide que repita lo que dice.
- El niño sube el volumen de la televisión o tiene problemas para escuchar lo que se dice por teléfono.
- El niño tiene un bajo rendimiento en la escuela o tiene problemas de comportamiento. En muchos casos, esto puede deberse a la pérdida de audición, ya que el niño no está escuchando las instrucciones correctamente y por lo tanto no responderá correctamente, porque no puede oír bien.
- El niño presenta cualquier característica que sugiere una infección de oído, como:
- Historial de secreción (pus) de los oídos, también llamada supuración del oído
- Se queja de dolor, sensación de bloqueo o zumbido en los oídos.
- Fiebre con dolor de oído.
¿Qué hacer cuando se sospecha una pérdida auditiva en un niño?
Si sospecha que un bebé o un niño puede tener pérdida auditiva, llévelo a una prueba de audición. Con un equipo especial, la audición puede ser revisada incluso el primer día de vida. En los bebés y los niños de hasta cinco años de edad, la audición puede examinarse usando:
- Evaluación de las emisiones otoacústicas.
- Pruebas automatizadas y completas de respuesta auditiva del tronco encefálico.
En los niños mayores de cinco años; la audición puede examinarse a través de una prueba de audiometría. En los casos en que no se disponga fácilmente de esas pruebas de audición, se debe orientar a los padres hacia un centro de salud donde se pueda evaluar la audición del niño. En caso de no estar seguro de si debe derivar al niño para una prueba, puede utilizar un simple sonajero para comprobar la respuesta del niño. También debe plantear la cuestión a las autoridades sanitarias locales y abogar ante ellas para que proporcionen atención auditiva.
¿Qué se puede hacer si a un niño se le diagnostica una pérdida auditiva?
Una vez que se haya detectado el problema, se debe discutir su tratamiento y empezarlo cuanto antes. Si se busca ayuda lo antes posible:
- El niño desarrolla las habilidades lingüísticas, recibe educación y puede integrarse socialmente.
- En un niño que tiene una enfermedad del oído, esta puede ser diagnosticada y tratada, de modo que se evite la pérdida auditiva y otras complicaciones.
Las intervenciones para los niños con pérdida auditiva incluyen:
- Audífonos o implantes cocleares: según lo que aconseje un otorrinolaringólogo o un audiólogo.
- Rehabilitación: que puede incluir rehabilitación auditiva, terapia del habla y el lenguaje, terapia auditivo-verbal, palabra complementada y comunicación total.
- Aprendizaje de la lengua de señas: especialmente cuando los dispositivos de audición no se prefieren, no son beneficiosos o no están disponibles. Esto hará que el niño pueda comunicarse y recibir educación.
- Familias, cuidadores y maestros: apoyan al niño en la rehabilitación y el uso de audífonos o implantes cocleares. Aprenden a usar la lengua de señas, si es necesario.
- Asesoramiento y apoyo grupal entre padres: para el niño, su cuidador o su familia.
La intervención temprana produce mejores resultados en los niños. Por ejemplo, los bebés cuya pérdida de audición se diagnostica antes de los 3 meses de nacidos y en los que la intervención se realiza antes de los 6 meses de edad pueden desarrollar el habla y el lenguaje igual que otros bebés con audición normal.
Fuente: https://apps.who.int/iris/bitstream/handle/10665/331279/9789240002258-spa.pdf?sequence=1&isAllowed=y