Escuchar música muy alta esta dejado consecuencias muy altas, según estudios los jóvenes presentan un oído de anciano. Esta población están siendo víctimas de los dispositivos tecnológicos que reproducen música y los auriculares que los acompañan.
Alguna vez se dijo que si estrellas de la música como Phil Collins o Sting hubiesen tomado conciencia de los riesgos de exponer sus oídos al volumen intenso en los ensayos y recitales, no tendrían ahora que convivir con una disminución auditiva de hasta el 60%. Sin llegar a la cima de ese talento musical ni mucho menos, no son pocos los expertos que advierten que, debido a la contaminación sonora en recitales y altos volúmenes en la escucha de auriculares, idéntico futuro les depara a las nuevas generaciones que consumen música a fuerza de decibeles salvajes. ¿Tan oscuro -o, mejor dicho, poco audible- será el mañana para los chicos de hoy?
Mientras los adultos mayores tienen cada día más posibilidades de recuperar la audición debido al desarrollo y facilidad de acceso a los implantes cocleares, aseguran los especialistas, los altos decibles en que se mueven las nuevas generaciones conspiran contra su audición en el mañana, algo por lo cual se asegura que el diagnósticos precoz en la infancia puede prevenir la sordera.
“La exposición a la música de altísima intensidad es actualmente la principal causa de los problemas de audición adquiridos”, asegura el otorrinolaringólogo, docente e investigador Vicente Diamante, tras enfatizar que “hoy estamos asistiendo a una generación de jóvenes sordos por el ruido”.
El especialista, titular de la Fundación de Otorrinolaringología y miembro de la Sociedad Americana de Otología, precisó que la hipoacusia se puede producir fundamentalmente por causas genéticas o ambientales y que mientras antes había una hipoacusia profesional, de gente que trabajaba expuesta al ruido, ahora se ha diseminado fundamentalmente entre los jóvenes.
En este sentido, el especialista Eduardo Hoscman, jefe de Otología de la División de Otorrinolaringología del Hospital de Clínicas, coincidió en que “hay un crecimiento de gente que tienen dificultades en el oído, estamos viendo actualmente jóvenes con oído de ancianos por la exposición al trauma acústico”.
La pérdida auditiva que sufren muchos chicos en la actualidad, aseguran quienes estudian la problemática, tiene consecuencias directas que hoy día pueden verse en varias aulas de la Ciudad y el país. Desde el Colegio de Fonoaudiólogos de La Plata, de hecho, se asegura que un alto porcentaje de los niños que padecen deficiencias auditivas terminan con dificultades para el desempeño escolar.
“La falta de detección oportuna de problemas de audición puede tener gravísimas consecuencias que en algunos casos pueden llegar a ser irreparables”, advirtió la institución en un comunicado, y resaltó que “a veces las disminuciones auditivas pasan desapercibidas durante mucho tiempo, particularmente en los niños”.
En ese sentido, María Elsa Echave, del Colegio local, sostuvo que “la adquisición del lenguaje y el habla está indisolublemente ligada a la audición. La etapa que va desde el nacimiento a los tres años de vida es un período crítico en que el estímulo auditivo contribuye a la estructuración y diferenciación de la corteza auditiva, por lo que la privación o disminución de este estímulo durante esta etapa implica la ausencia de lenguaje o alteraciones significativas en su desarrollo”.
El 60% de los casos de sordera, un defecto que sufre el 5% de la población mundial y específicamente 32 millones de niños en el mundo, se pueden prevenir, aseguró hace poci la Organización Mundial de la Salud (OMS).
“La perdida de audición en niños se puede prevenir con una detección temprana, la inmunización y a través de buenos programas de salud para madres y niños”, señaló la especialista de la OMS en discapacidades y rehabilitación Alarcos Cieza. Del 60% de casos evitables, el 31% se debe a enfermedades como el sarampión, paperas, rubeola o meningitis. Otro 17% corresponde a complicaciones durante el parto, incluyendo bebés prematuros, con un peso bajo o con ictericia (afecciones hepáticas). Según la OMS, un 4% de casos está relacionado con el uso en mujeres embarazadas y recién nacidos de medicamentos que tienen efectos perniciosos para la audición del infante, mientras que un 8% se debe a malformaciones no congénitas. “Es cierto que el 40 % restante es irreversible (por causas genéticas), pero una detección y una intervención temprana son esenciales para mejorar el desarrollo personal y social del menor”, explicó Cieza.
Fuente: Artículo recuperado el 05 de Abril de 2018 por www.eldia.com para Soluciones Auditivas.